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MONICA

Monica

Super-8, 16mm – 2006
Dirigido por
Enrico Mandirola
  

Una materia vivida en espiral que atraviesa el tiempo.

Imágenes, soporte de un viaje vivido en solitaria inquietud, se deslizan en la pantalla escribiendo su propia memoria. Un documento que habla de un lugar, de un recuerdo, de un sentimiento. El espacio es capturado en el momento en que aparece para transformarse en imagen. Los detalles, las miradas, las acciones, se desmenuzan para deslizar por la pantalla. El territorio se convierte en un pretexto para hablar de uno mismo, para contar la historia de la propia vida. El tiempo, las imágenes, los sonidos y los ritmos se convierten en una concepción abstracta y documental del movimiento y las visiones.

La herramienta entre las manos, la sensación de estar trabajando con una presencia que no es más que el deslizamiento del tiempo. El tacto y el ritmo se adaptan al cuerpo, a los deseos y a las proyecciones de los fantasmas.

“El cuerpo es un globo que un niño sopla sin parar…”

No cambiamos nada, modelamos una materia siguiendo una huella, completamos un proceso iniciado antes, ¡quien sabe cuándo!

A veces descubrimos.

En el detalle, financiamos las razones de una elección, una imagen, una mirada. ¿Seguimos la pista de los detalles?

¿De las huellas? Buscamos sin pausa, pero al mismo tiempo, dejamos que las cosas ocurran por sí solas. Trabajamos la segunda generación de imágenes porque hemos creado la primera, y la tercera, y la cuarta… ¿Cuál es la primera?

Trabajamos las etapas, una circularidad en espiral. Participamos físicamente, mecánicamente, repetitivamente.

Reproducimos la acción, el trabajo, el movimiento, pero increíblemente, cada vez, todo vuelve a ser nuevo. Por tanto, no reproducimos nada, sino que observamos, vivimos, compartimos algún fotograma con la herramienta.

“Atraviesa el mundo como la piedra atraviesa el agua…”

El negro. La transformación de la luz en la ausencia de luz.

El agua, el líquido, la mezcla de los elementos para llegar a la capa, al nivel. No se trata de quitar ni de añadir, sino de atravesar para finalizar el equilibrio. Es el principio de la inestabilidad que podemos fijar, que intentamos fijar, pero que como todo : tiempo, paso, mirada, volverá a desestabilizarse. No depende de nosotros, es un límite, y es este límite el que nos permite seguir adelante.

No se trata de borrar, de superar, sino de estar aquí en cada instante de la confontación. Si borramos la muerte, la vida no tiene sentido, si alcanzamos la perfección, estamos muertos.

En el laboratorio encontré la alquimia del tiempo.

Mis imágenes quieren hablar de esto.

En primer lugar, un territorio, un refugio tal vez, pero un refugio para abrir y abrirse y no para cerrar o cerrarse.

Un tiempo especifico no existe, es el templo del trabajo, donde nos enfrentamos a los límites de la libertad, a nuestros límites.

Elegimos la velocidad, 9fps, 24fps, 18fps… Elegimos la economía. Elegimos los colores. No hay nada nuevo en el arte que practicamos, al menos no frente a el arte, tal vez frente a el resto… No tenemos un “lugar”, y no estamos desplazados o expulsados, a menos que lo decidamos. Tocamos la libertad, y es nuestra tarea encontrar su estética.

Tenemos la imagen y su responsabilidad. Si hago esta elección es simplemente porque “me habla”, porque creo, porque tengo la intención de defender y crear la memoria presente de una “generación” de imágenes… poco importa cuál sea.

Screenings:

 24th Torino Film Festival 2006

53th International Film Festival Oberhausen – 2007

Indipendent Film Show – 2007

 TIFF 2007 – Toronto International Film Festival – WaveLenght

Mencion de Honor at Fincortex 2007 – Colombia